Tradicionalmente los sordos se han agrupado para crear asociaciones o clubes. Las asociaciones son la fuente de la Cultura Sorda, son centros de reunión, de convivencia y comunicación en donde se realizan muchas actividades grupales para sus miembros. Gracias a ellas muchos de los sordos superan su aislamiento, otros llenan ratos de ocio, etc., les permite tener una vida social más intensa que el promedio de los oyentes, algo que valoran muy positivamente y consideran más ventajosa que los oyentes.
Aunque algunas personas oyentes acuden a las asociaciones, formando parte de la Comunidad Sorda la participación depende en gran medida de la pérdida auditiva, lo cual se asocia a una necesidad de utilizar la LSE. Los sordos profundos son los que más regularmente participan en las asociaciones. También estos manifiestan una mayor insatisfacción cuando no forman parte de una Asociación. El sentimiento de identidad personal se hace fuerte en estas Asociaciones donde se comparten y se valoran las propias actitudes que impulsan .
Tradicionalmente se ha considerado que el interés de los sordos por mantener sus asociaciones y relacionarse en ellas implican al mismo tiempo un rechazo a integrarse y participar en el mundo de los oyentes. Pero no es cierto, los sordos participan en este mundo oyente a través del trabajo por ejemplo y nunca han manifestado intereses especiales de crear centros de trabajo especiales para sordos.
Cuando se les pregunta por las razones para ir a la Asociación de sordos sus respuestas son:
- Identidad con el grupo
-Les gusta la compañia de personas sordas
-Quieren formar parte de la Comunidad Sorda
-Están orgullosas de ser sordas
-Son tratados como normales allí
-En ellas se presentan oportunidades para conocer a gente nueva
Contacto Ocular: El hecho de que sea un valor muy importante el de compartir información, y porque la LSE es una lengua visual, es lo que hace que también sea un valor muy importante el mantener contacto visual en las interacciones entre sordos. Frecuentemente, en las interacciones sordo-oyente, la persona oyente fallará a la hora de mantener un buen contacto visual.
Despedirse: marcharse dentro de la Comunidad Sorda es algo siempre bastante costoso y algo que se alarga en el tiempo. Cuando las personas Sordas terminan una conversación explican donde van a ir y que van a hacer. Ellos normalmente quedan de acuerdo para el próximo encuentro y repiten el da y la hora. Marcharse con demasiada rapidez de una reunión o de un lugar en el que se esté dialogando puede
malinterpretarse.
Los matrimonios: Los matrimonios suelen realizarse entre personas Sordas. En general los sordos no viven agrupados en barrios como otros grupos minoritarios, sino que establecen sus viviendas de forma dispersa, tampoco trabajan en los mismos lugares, por lo que la cohesión de grupo se realiza a nivel personal de unos con otros. Se conocen a través de amigos, asociaciones...
En una encuesta realizada sobre el tema, el 86% de los varones adultos prefieren a una esposa Sorda. Se observó también que las personas que no tenían dificultades para aceptar su sordera se inclinaban más por una mujer oyente.
Los estudios y el trabajo: Son experiencias similares en cuanto a sus vivencias que comparten frente a otros que contribuyen a impulsar su vinculación y a dotar de mayor intensidad los lazos que establecen. Lo cierto es que la situación laboral no es muy buena para los sordos, ni tampoco para los oyentes, pero son las personas Sordas quienes proporcionalmente tienen mayores tasas de desempleo.
Aparte de las crisis, existen barreras lingüísticas que traban su incorporación al mundo laboral:
-Limitación de la posibilidad de acceder a un conjunto de ocupaciones, como dependiente, vendedor etc.
- El handicap para resolver satisfactoriamente pruebas previas al acceso a un puesto de trabajo.
Estas dificultades empujan a los sordos a asociarse y reclamar la presencia de intérpretes de lengua de signos en la realización de dichas pruiebas, con el fin de que exista igualdad entre todos los aspirantes.
Estas barreras lingüísticas para el acceso al empleo no proceden únicamente de su condición de persona Sorda. Existe un prejuicio entre los oyentes que ven con recelo la posibilidad de incorporar sordos en su empresa, y más aún de que ocupen puestos de responsabilidad y supervisión. Este prejuicio proviene del desconocimiento por parte de los oyentes de las posibilidades y eficacia profesional de las personas Sordas.
Las personas Sordas por falta de información desconocen la amplia variedad de alternativas profesionales existentes por lo que siempre se decantan por trabajo socioeconómico bajo. La Comunidad Sorda lucha por la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral.
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